viernes, 8 de noviembre de 2013

"La democracia se defiende" Camchi

Relaciones Públicas
Cámara de Comercio de Chiriquí
El artículo 143 de la Constitución Nacional le otorga al Tribunal Electoral, de forma privativa, la interpretación y aplicación del Código Electoral y de todo lo relacionado con esta materia. Así de sencillo. Sus decisiones son recurribles sólo ante sí mismo, contra las cuáles sólo cabe la acción de inconstitucionalidad, siempre y cuando la decisión adoptada sea definitiva.
El día 31 de octubre la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia de lo Contencioso revocó la resolución del Tribunal Electoral que obligaba a retirar la cuña del Movimiento Panamá Avanza, contra el candidato presidencial del Partido Revolucionario Democrático, interviniendo así de forma clara y descarada en las competencias constitucionales del organismo encargado de velar por ellas, en una clara extralimitación de funciones, poniendo con su accionar en peligro la estabilidad del ambiente electoral en el que nos encontramos inmersos desde hace meses.
Aunque la medida de la Sala Tercera es “provisional”, sienta un tenebroso precedente que pone en suspenso la autonomía e independencia del Tribunal Electoral, que hasta el momento no se había tocado.  ¿Quién nos garantiza que mañana no se utilizarán los mismos argumentos para revocar decisiones electorales o sobre materia electoral, diferentes de las que desean los que sujetan los hilos del poder? Allí es donde radica el peligro.
Poco antes de morir el Filósofo Francés Claude Lefort decía, “se puede temer a un poder que adormece a la sociedad, un poder que no consulta y que reforma sin que haya movilización de los interesados. Se puede temer una sociedad que se deja moldear por una autoridad, lo que antes era impensable”. Aquí, pareciera, ya estamos en lo que Lefort temía, en el camino del autoritarismo, en el reino de la indiferencia. Ante lo cual la Cámara de Comercio de Chiriquí no puede quedar silenciosamente impasible. Condenamos de la manera más enérgica esta aberración jurídica, burda intromisión en las tareas constitucionales del Tribunal Electoral, institución que después de la Iglesia Católica cuenta con el más alto índice de credibilidad.
Exhortamos a la sociedad civil organizada a manifestarle públicamente su a apoyo al Tribunal Electoral y sus valientes espartanos, para que no quepa duda del compromiso irrestricto que une a cada uno de los Panameños con su Democracia, defendiéndola más allá de la retórica y los eufemismos, contra aquellos que solo buscan desangrarla hasta que en ella la vida se agote.

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