Aumenta cifra de infantes quemados
Osman Esquivel López
David, Cabecera
Vista panorámica del Hospital José Domingo de Obaldía |
El año pasado la cifra de infantes hospitalizados por quemaduras en el Hospital José Domingo de Obaldía era de 58 casos pero en lo que ve del presente año la cifra aumenta a 70 casos. La estadística no incluye los casos de quemaduras de menor grado, puesto que estas se manejan de forma ambulatoria y no requieren hospitalización.
En la provincia las quemaduras son causadas por agua ó aceite caliente, siendo accidentes ocurridos exclusivamente en el hogar. Mientras que en el área comarcal se da por pisar brasa caliente, al tocar las ollas o pailas caliente.
Las quemaduras más comunes ocurren cuando los niños “halan las ollas hacia ellos y les cae en el cara, cuello, pecho, genitales, piernas, glúteos o pisan la brasa caliente o la palma de la mano al tocar las ollas” comentó Alfredo Moltó Isaza, jefe de quemados del Hospital José Domingo Obaldía.
El nosocomio a partir de 2011, posee un concepto y manejo moderno en estos casos, “se utilizan apósitos especializados con lo que acortamos la estancia y el dolor en el paciente, uso del medicamento y el costo hospitalario es menor” agregó Moltó.
Antes de ese años, los menores permanecían en la sala entre “uno y tres meses, todos los días se curaba y causaba dolor; ahora las curaciones no son todos los días y pueden diferir tres días dependiendo a la quemadura, el apósitos se adhiere al área quemada y disminuye el dolor a medida que va regenerando, la meta es que salga antes de los tres semanas, máximo son 21 días. Si es complicaciones de otro tipo se queda por más tiempo” explicó el galeno.
El experto en cirugía en plástica y reconstructiva considera que “el costo en las curaciones utilizando gaza y jabón era mayor, ahora con el apósito el ahorro es mayor se busca que el paciente no regrese para operarse por cicatrices, caída del pelo o como quedo el área afectada siendo un ahorro a futuro por lo que es mucho más beneficioso para el paciente. Se busca que no se tenga retracciones en las piernas, manos y cicatrices”.
Usualmente las quemaduras son de segundo grado, con el buen manejo pueden salir adelante, con mínimas secuelas y a futuro se espera que no tenga consecuencias; las quemadura del primer grado es de menor complicación y la de tercer grado es grave. Por lo que se hace necesario una política de prevención y educación a los padres.
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