lunes, 28 de octubre de 2013

Presentan estudios de colibríes

Osman Esquivel López
Boquete, Cabecera
Ocho años de estudios le permitió a Ralph Dessau, - oriundo de
Copenhague, Dinamarca (1928) quien creció durante la segunda guerra mundial - estudiar y evidenciar el estilo de vida de 24 especies de colibríes existentes en Chiriquí. La información se plasma en su libro “Joyas Voladoras” cuyo lanzamiento se dió en la Biblioteca Pública de Boquete. 
En la República de Panamá se han identificado 59 especies de esta avecilla, pero a nivel mundial hay 356 especies. “La mayoría de los colibríes en Panamá permanecen todas sus vidas cerca del lugar donde nacieron, aunque algunos cambian sus domicilios dentro del país conforme a la temporada. Es decir, que se trasladan de los planos bajos a las regiones montañosas y viceversas” explicó Dessau, ingeniero químico de profesión.
Pero, el país también alberga otras especies migratorias como el Garganta Rubí, procedente de los Estados Unidos quien realiza un viaje increíble “desde el sitio donde nació, se traslada a climas favorables en Panamá; recorriendo unos 2 mil 625 kilómetros desde su último punto de la costa estadounidense hasta llegar a Chiriquí, punto de referencia” agregó.
Él pasa por la Península de Yucatán, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica para encontrarse finalmente con un jardín en la ciudad de David, lleno de flores favoritas y también un sinnúmero de los mismos bebederos que conoció en Texas; ya que el creador del Jardín en David también se traslado, tras la pista de ellos, de Texas a Panamá; donde hasta ahora se han observado 12 especies de colibríes. En el registro de visita se evidenció la llegada de cinco Gargantas de Rubí, 1 macho adulto, dos machos juveniles e igual cantidad de hembras. Dessau, ha comprobado “que no se sabe con exactitud la cantidad de especies que migran a Panamá; es algo muy poco conocido. Con los colibríes sucede algo especial, algunos se encuentran en los picos de las montañas como es el caso del volcanero; de otros no se ha evidenciado su presencia, pero están aquí”.
La vida de los colibríes es única en el mundo, el cortejo y nidificación son especiales; el macho es quien hace las insinuaciones pero la decisión final lo toma la hembra, que decidirá con quién aparearse. Luego de un despliegue de sus alas donde el sol ilumina al máximo sus brillantes colores él efectúa maniobras de vuelos atrevidos, como elevarse hasta la copa de los árboles más altos y descendiendo en picada frente a su favorita.
La escena de copulación es de poca duración “puede llevarse a cabo totalmente o al menos comenzar en el aire, hasta que ambos caen al suelo azotando fuertemente las alas. Al terminar los apasionados se separan inmediatamente, sin más muestras de interés entre sí y cada uno sigue su feliz camino” sustentó Dessau.
Las hembras son las que construyen el nido, siendo la arquitecta avícola más avanzada; utiliza plumón fino para cubrir sus diminutos y elegantes nidos. Ellas ponen 2 huevitos blancos, de forma alargada y angosta (de 12 milímetros de largo por 8 de ancho); son puestos a las primeras horas de la mañana, entre dos y tres días de por medio; el período de incubación entre dos y tres semanas. Tienen dos o tres empulladoras por año y a menudo utilizan el mismo nido. Por su parte el macho, es promiscuo.
“Los números de estas pequeñas aves ha disminuido porque hemos invadido y destruido su hábitat, a sabiendas que ellos juegan un papel importantísimo en la polinización; ahora ellos necesitan desesperadamente nuevas áreas verde donde puedan prosperar, se necesita sembrar más árboles” concluyó.
El libro, que plasma un estudio profundo bilingüe de estas aves tiene 80 páginas con 49 fotografías a color y una lista con los nombres en español e ingles de los 59 colibríes y con su clasificación científica. Dessau cuenta con 2 mil 500 fotos de colibríes coleccionada a lo largo de sus 85 años.